
El caso de Matthew Perry ha tomado un giro impactante tras la decisión de su médico, Dr. Salvador Plasencia, de declararse culpable de distribuir ketamina. Esta sustancia se dio durante el período previo a la trágica muerte del actor, quien fue conocido por su papel en la serie ‘Friends’. Plasencia enfrenta hasta 40 años de prisión después de aceptar los cargos en su contra, detallando su involucramiento en el suministro de esta droga.
Según los fiscales, Plasencia no estaba tratando a Perry en el momento de su muerte, pero sí le proporcionó ketamina en varias ocasiones antes de su fallecimiento. La decisión del médico se produce en medio de un caso más grande, que incluye a varios otros implicados, como el asistente personal de Perry y un supuesto dealer de la droga. Estos individuos también han acordado declararse culpables a cambio de cooperación con las autoridades.
El uso de ketamina se había vuelto controversial, aunque se utilizaba en un contexto terapéutico. Durante los últimos días de vida de Perry, se alega que buscó más ketamina de la que su médico habitual le proporcionaba. A pesar de la conclusión de que Plasencia no suministró la dosis fatal, su implicación en la administración de la droga durante un tiempo clave ha suscitado muchas preguntas sobre la responsabilidad médica y la seguridad del manejo de sustancias controladas.
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