En Ecuador, el reciente anuncio del presidente Daniel Noboa sobre la eliminación del subsidio al diésel ha desatado una ola de protestas en todo el país. Los transportistas, que durante años se beneficiaron de este subsidio, han cerrado vías y expresado su descontento ante lo que consideran un golpe a su economía. Esta medida, que elevó el precio del diésel de 1,80 a 2,80 dólares por galón, ha generado inquietud sobre el impacto que tendrá en el costo de vida y en su capacidad de operar.
La eliminación del subsidio al diésel ha sido un tema recurrente en la política ecuatoriana, enfrentando a distintos gobiernos con los gremios de transportistas. Anteriormente, las estrategias de presidentes como Lenín Moreno y Guillermo Lasso también provocaron revueltas populares, donde la ciudadanía mostró contundente resistencia a cualquier intento de modificar el subsidio. Esta vez, la respuesta ha sido igual de contundente, con los transportistas liderando protestas que ya han comenzado a paralizar varias provincias.
El gobierno de Noboa ha propuesto un plan de compensación dirigido a los transportistas a través de una plataforma digital, buscando reducir el impacto del aumento del combustible. Sin embargo, hasta ahora, la reacción de los gremios ha sido negativa, ya que consideran que las compensaciones no son suficientes para mitigar su situación. Este episodio pone de manifiesto las tensiones existentes entre el Ejecutivo y los sectores sociales, mostrando que la lucha por el subsidio al diésel sigue siendo un tema de gran relevancia y controversia en la sociedad ecuatoriana.
