El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha anunciado la fusión del Ministerio de Transporte y Obras Públicas con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, creando así un nuevo Ministerio de Infraestructura y Transporte. Esta decisión se enmarca dentro de una reestructuración gubernamental destinada a optimizar recursos y mejorar la eficiencia administrativa. Con esta reconfiguración, el ministro Roberto Luque asume el cargo del nuevo ministerio, mientras que Iván Giler, quien ocupaba el cargo de Ministro (e) de Desarrollo Urbano y Vivienda por poco tiempo, fue agradecido por sus servicios.
El decreto emitido por Noboa indica que el nuevo ministerio asumirá todas las competencias y funciones que correspondían a las anteriores instituciones fusionadas. Además, se establecerán procedimientos para garantizar una transición ordenada, manteniendo la legalidad de las operaciones precontractuales y contractuales. La medida ha sido impulsada en parte por las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, que sugieren la necesidad de reducir el gasto público como parte de las metas de estabilización económica del país.
A pesar de las intenciones de mejorar la eficiencia, algunos críticos han expresado preocupación sobre el impacto que esta fusión podrá tener en la especialización y eficacia de las políticas públicas. La reestructuración plantea interrogantes sobre cómo se manejarán los proyectos actuales y los servicios que dependían históricamente de cada ministerio. A medida que se implementen estas reformas, se establecerá un cronograma para las desvinculaciones necesarias, lo que genera una expectativa sobre la dirección futura de la administración pública en Ecuador.
