
Spotify, el gigante del streaming musical, ha alcanzado un hito financiero que muchos creían inalcanzable: 1.138 millones de euros de beneficio neto en 2024, lo que marca su transición a la rentabilidad tras años de pérdidas. Durante este tiempo, la empresa ha pasado de ser una plataforma centrada únicamente en música a convertirse en un ecosistema multimedia que abarca podcasts y audiolibros, lo que ha reducido sus costos de royalties y aumentado sus ingresos.
La estrategia de Spotify ha cambiado radicalmente, aumentando precios después de más de una década y optimizando sus operaciones para lograr una mayor eficiencia. Este cambio ha sido impulsado por la presión de los inversores por obtener ganancias, lo que llevó a la empresa a despedir empleados y a replantearse su enfoque empresarial. A pesar de esas decisiones difíciles, los resultados han sido positivos, con un aumento del 18% en los ingresos y una reducción significativa de los costos.
Sin embargo, la historia de éxito de Spotify no está exenta de críticas. Los cambios en el reparto de ingresos han alertado a artistas emergentes, quienes ahora enfrentan barreras adicionales para obtener compensación. Mientras Spotify florece financieramente, la cuestión de la equidad en el ecosistema musical sigue siendo un tema candente. La presión por mantener la rentabilidad amenaza con perpetuar desigualdades en la distribución de ganancias dentro de la industria musical.
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