El estadio Atahualpa de Quito se llenó de emoción y alegría para recibir a Shakira, quien ofreció un esperado concierto que dejó a sus fans extasiados. Desde temprano, los seguidores comenzaron a llegar al recinto, formando largas filas y mostrando su entusiasmo por ver a la estrella en el escenario. Vendedores ambulantes también aprovecharon la ocasión para ofertar productos relacionados con la artista, creando un ambiente festivo en los alrededores del estadio, que se convirtió en una zona peatonal debido a los cierres de calles.
Entre los asistentes se encontraban grupos de fans que viajaron desde distintos puntos de Ecuador, como La Armenia y Latacunga, todos con la expectativa de vivir una experiencia única. Erika Jaramillo y su familia, por ejemplo, compartieron su alegría al llegar al recinto, donde planeaban cantar sus temas favoritos. La logística del evento y la emoción palpable entre los presentes auguraban que este sería uno de los conciertos más memorables del año.
Con miles de asistentes y un ambiente vibrante, la anticipación crecía mientras los fans esperaban ingresar al concierto. Muchos se prepararon con camisetas y otros artículos de Shakira, dispuestos a disfrutar de una noche mágica. La atmósfera estaba llena de risas y música, lo que hacía aún más palpable la conexión que Shakira mantiene con su público. Al caer la tarde, se encendieron las luces del escenario y el sueño de muchos se hizo realidad con el inicio del espectáculo.
