La guerra en Ucrania está provocando transformaciones laborales inesperadas en Rusia, destacando la adopción de la semana laboral de cuatro días por parte de Avtovaz, un importante fabricante de automóviles. Esta decisión, efectiva a partir de septiembre, surge debido a la notable caída del 25% en las ventas de vehículos y la creciente presión de importaciones de coches de bajo costo desde China, que están alterando el mercado local. Avtovaz no busca solamente reducir el estrés de sus empleados, sino mantener el empleo en un contexto de crisis.
El contexto económico en Rusia se deteriora, con el ministro de Economía advirtiendo sobre la cercanía del país a una recesión. La elevada tasa de interés y el aumento en los costos de producción han complicado la situación, llevando a Avtovaz y otros fabricantes a esta drástica medida. La industria automotriz, que solía contar con un incremento temporal en ventas debido a subsidios estatales, ha visto revertida esa tendencia y ahora enfrenta la dura competencia de coches importados, en su mayoría desde China, lo que ha llevado a un estancamiento en el consumo nacional.
Mientras GAZ ya ha comenzado la semana laboral de cuatro días, Avtovaz planea su implementación en septiembre, revisando cuidadosamente los indicadores económicos y de mercado. La compañía ya había adoptado un modelo similar tras la imposición de sanciones en 2022, el cual permitió mantener un nivel de producción en tiempos difíciles. Este patrón sugiere que la economía rusa sigue lidiando con desafíos significativos, lo que podría afectar a muchas industrias si la situación no mejora pronto.
