En un sorprendente análisis del Economic Policy Institute, se reveló que en los últimos 40 años, los salarios de los CEO han experimentado un aumento explosivo del 1.085%, comparado con un modesto 24% en los salarios de sus empleados. Esta brecha creciente ha generado un intenso debate sobre la injusticia salarial en las grandes corporaciones, señalando que los directores ejecutivos están embolsándose cifras que superan los ingresos de muchos países. La lista de los CEO mejor pagados de 2024, publicada por The Wall Street Journal, muestra que Rick Smith, CEO de Axon, lidera con una impresionante suma de 164 millones de dólares.
El estudio destaca que esta disparidad no es nueva, ya que entre 1964 y 1978 un CEO ganaba entre 15.4 y 23 veces más que su empleado promedio. Sin embargo, esta relación ha crecido significativamente, alcanzando niveles de hasta 398 veces en el año 2000. Además, el informe señala que, a pesar de las crisis económicas, los salarios de los CEO se han mantenido en aumento, posicionándolos como una élite dentro de la élite de los corporativos. Esto plantea graves preguntas sobre cómo se determina la remuneración ejecutiva, sugiriendo que a menudo está vinculada más a la influencia que a un rendimiento tangible.
Curiosamente, el crecimiento salarial de los CEO no refleja necesariamente un aumento en sus habilidades o contribuciones a la productividad. Con datos que indican que la mayoría de su compensación ahora proviene de acciones en la empresa, se evidencia que el sistema actual puede estar diseñado para favorecer a unos pocos. Así, mientras los CEO disfrutan de bonificaciones astronómicas, la mayoría de los empleados lucha por obtener incrementos salariales modestos, lo que refuerza las preocupaciones sobre la desigualdad en el mundo laboral.
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