La icónica escena de la parada en Ferris Bueller’s Day Off es recordada no solo por su energía, sino también por el nerviosismo de su protagonista, Matthew Broderick. A pesar de la confianza que mostraba al bailar y animar a la multitud, Broderick reveló que nunca había bailado antes y se sentía muy incómodo en esos momentos. El coreógrafo Kenny Ortega recuerda el primer día de ensayos, donde vio a un joven Broderick vestido con ropa casual, visiblemente nervioso y preocupado por su falta de experiencia en el baile.
Ortega, quien tenía la responsabilidad de dirigir la escena en su primera asignación, aseguró a Broderick que juntos encontrarían la manera de que se sintiera cómodo. A través de su enfoque positivo y la buena química entre ambos, lograron crear una performance memorable. Con 12 cámaras y una auténtica parada en Chicago, Batnick y el equipo contaron con solo una toma para capturar la energía del momento, que ahora es considerada mágica y parte integral del legado de la película.
La experiencia de la filmación dejó una huella significativa en Sara, quien interpretó a Sloane, la novia de Ferris, y destacó que su recuerdo más querido del rodaje fue exactamente esa escena por la diversión que tuvo. Ferris Bueller’s Day Off, que contaba con un elenco encantador, ha perdurado como un clásico del cine, y la escena de la parada sigue siendo un fuerte símbolo del espíritu rebelde y despreocupado que caracterizó a la película.
