El ministro del Interior, John Reimberg, ha declarado que no se registraron excesos por parte de la policía durante las protestas del 12 de octubre en Quito. A pesar de las múltiples denuncias de violencia, el ministro insistió en que identificar a los periodistas con chalecos no significa que estén exentos de registro o revisión. Estas afirmaciones han generado un intenso debate, ya que muchas organizaciones de derechos humanos han criticado el uso de la fuerza por parte de la policía en estas manifestaciones.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha denunciado casos de represión y agresiones durante las protestas, incluyendo incidentes en los que la policía habría agredido a civiles. Adicionalmente, la CONAIE informa sobre actos de violencia racista en Imbabura, donde militares atacaron a jóvenes indígenas, cortando sus trenzas, un símbolo de su identidad cultural. Se exige al gobierno una solución pacífica y un respeto por los espacios considerados como zonas de paz.
En respuesta a la situación, Reimberg anunció operativos para despejar las vías bloqueadas en Imbabura y enfatizó que las fuerzas del orden están comprometidas a restaurar la normalidad en las calles. A pesar de sus declaraciones sobre la paz en la ciudad, la presión por parte de distintas agrupaciones sociales y indígenas para que el gobierno revise sus políticas y actitudes continúa creciendo, desafiando al gobierno a encontrar soluciones efectivas a este conflicto social.
