
Quito, la capital ecuatoriana, se encuentra bajo un intenso resguardo policial y militar debido a las advertencias de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) de avanzar hacia el centro de la ciudad. La organización ha estado en paro nacional por 21 días, exigiendo la derogatoria de un decreto que eliminó el subsidio al diésel, lo que ha generado movilizaciones en varias provincias del país. El ministro del Interior, John Reimberg, anunció el cierre de las entradas a Quito para evitar el ingreso masivo de manifestantes provenientes de zonas como Cayambe y Tabacundo.
Durante la jornada de protestas, Reimberg destacó que los bloqueos se mantendrán para preservar la seguridad interna y prevenir disturbios. Numerosos contingentes de policía y militares están desplegados en puntos estratégicos de la ciudad, ajustando el control en la vía E35, uno de los principales accesos a la capital. A pesar de que la situación en la mayor parte de Quito se considera calma, la tensión persiste ante la posibilidad de conflictos, especialmente en los puntos de concentración de los manifestantes.
La Conaie continúa su movilización después de que se eliminara el subsidio al diésel, sumando nuevas demandas como la reducción del IVA y la liberación de detenidos. A pesar de que las autoridades han ofrecido el diálogo, los líderes indígenas no han confirmado su participación en nuevos procesos de mediación. En otras partes del país, también se reportan cierres viales que afectan el tránsito hacia el norte, lo que refleja la extensión de las protestas y el descontento social.