
Diez años después de la conclusión del programa 19 Kids and Counting, la familia Duggar ha seguido adelante con sus vidas, aunque no sin controversias. Los Duggars, que saltaron a la fama por su singular estilo de vida y valores familiares, han enfrentado numerosos desafíos desde que el programa terminó en 2015. Mientras algunos miembros de la familia continúan compartiendo su vida a través de las redes sociales y proyectos en el mundo de la televisión, el legado de escándalos persiste, principalmente el caso de Josh Duggar, cuya condena por posesión de pornografía infantil resonó en los medios.
Jim Bob y Michelle, los padres de los 19 hijos, siguen residiendo en Arkansas y han mantenido varias iniciativas de negocio, además de seguir involucrados en su fe y el movimiento de la enseñanza cristiana. Sin embargo, su familia ha crecido y expandido sus propias dinastías, convirtiéndose en abuelos de más de 30 nietos. A medida que los Duggars envejecen, sus vidas están marcadas por la adaptación a la nueva normalidad de ser tanto figuras de la televisión como observadas por escándalos pasados.
Los hijos de la familia han seguido caminos diversos; por ejemplo, Jinger Vuolo ha pronunciado críticas a las enseñanzas religiosas que siguieron, mientras que Jill Dillard ha compartido su lucha con la enfermedad mental y la pérdida durante su crianza. Cada uno de los Duggars continúa lidiando con las repercusiones de su crianza pública, buscando la independencia y redefiniendo su identidad en la sociedad moderna. Desde matrimonios hasta la crianza de sus propios hijos, la historia de los Duggars sigue desplegándose en el ojo público.
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