Los nuevos aranceles propuestos por la administración Trump han generado preocupación sobre su impacto en el resurgimiento de la manufactura en Estados Unidos. Aunque algunos defensores de la medida esperan que contribuya a un renacimiento industrial, expertos advierten que estos aranceles pueden dañar la producción y el desarrollo tecnológico del país. La realidad es que estos aranceles son una respuesta burda a problemas complejos y actuales en las cadenas de suministro modernas.
Como señala la profesora Elisabeth Reynolds, los aranceles elevan los costos de suministros críticos y, en consecuencia, pueden desacelerar la demanda en el sector manufacturero. La incertidumbre creada por las continuas modificaciones en las políticas arancelarias ha congelado las inversiones en nuevas fábricas y tecnologías, lo que puede llevar a pérdidas de confianza entre los productores. A pesar de la creciente construcción de instalaciones tecnológicas, el futuro del sector se ve amenazado por estas decisiones políticas.
El panorama de manufactura en EE.UU. necesita un enfoque estratégico y la conexión con nuevas tecnologías para crecer. Si los aranceles no son cuidadosamente administrados, podrían desviar el progreso del país hacia un futuro más competitivo en la producción de tecnologías estratégicas. Las lecciones del pasado sobre la importancia de la manufactura para avances tecnológicos son cruciales, ya que un enfoque inapropiado podría costar muy caro en términos de innovación y competitividad.
