Las tarifas amplias implementadas por el presidente Trump han generado expectativas entre algunos de que llevarán a una ‘edad dorada’ de la industria estadounidense, pero analistas advierten que estas medidas podrían, en realidad, amenazar la reciente recuperación del sector manufacturero. En lugar de fomentar la producción local, estas tarifas generan incertidumbre, aumentan los costos de los suministros y desincentivan las inversiones necesarias para el crecimiento y la innovación.
Los expertos subrayan que las tarifas, en su diseño actual, son demasiado generales y perjudiciales, afectando la confianza de los fabricantes y provocando una disminución en los pedidos nuevos y contrataciones. A pesar de los esfuerzos de reinversión en manufactura después de la pandemia, la falta de claridad en las políticas tarifarias podría revertir el avance hacia un renacimiento industrial en Estados Unidos. Actividades como la construcción de fábricas para tecnologías críticas están en riesgo.
Además, aunque las tarifas podrían ofrecer protección temporal para ciertos sectores, es crucial que estas medidas sean específicas y bien entendidas dentro del complejo panorama de las cadenas de suministro global. La preocupación radica en que decisiones políticas equivocadas, basadas en un enfoque anticuado de manufactura, pueden obstaculizar el progreso tecnológico y la capacidad de Estados Unidos para competir en industrias emergentes.
