
El pasado 5 de julio, el mundo del rock presenció una jornada inolvidable con el último concierto de Ozzy Osbourne junto a Black Sabbath. El evento, titulado Back to the Beginning, se llevó a cabo en el estadio Villa Park de Birmingham, lugar emblemático que guarda una conexión profunda con la historia del heavy metal. Esta será recordada como una despedida definitiva del icónico Príncipe de las Tinieblas, quien regresó al escenario junto a los miembros originales de la banda por primera vez desde 2001, cerrando así un ciclo de más de cinco décadas de música y legado.
El festival no solo fue un homenaje a Ozzy, sino también pudo disfrutar de un cartel de ensueño que incluyó a gigantes del metal como Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, y muchas más leyendas. La participación de artistas destacados como Billy Corgan y Fred Durst añadió un toque emocional al evento, mientras que más de 60,000 fans que no pudieron asistir quedaron en lista de espera, reflejando la inmensa popularidad de este icono musical. Cada actuación previa al acto principal creó una atmósfera electrizante, resaltando la influencia de Black Sabbath en generaciones de músicos y amantes del metal.
La importancia de este concierto radica no solo en ser una despedida, sino en subrayar el impacto monumental que Black Sabbath y Ozzy Osbourne han tenido en la música mundial. Con más de 60,000 personas esperando su turno y la transmisión del concierto disponible a nivel global, el legado de Ozzy sigue vivo y su música resonará en la historia del rock. Al dar su último rugido en el lugar donde la música heavy metal nació, Ozzy Osbourne dejó una huella imborrable, recordando a todos que el metal jamás morirá a pesar de esta despedida.
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