
Ozzy Osbourne, conocido como el Príncipe de la Oscuridad, es famoso no solo por su música, sino por las leyendas que lo rodean. Una de las más impactantes es la supuesta ocasión en la que mordió la cabeza de un murciélago durante un concierto. Este infame incidente ocurrió en 1982, cuando un fan lanzó un murciélago al escenario. La confusión sobre si el animal estaba vivo o muerto ha alimentado el mito durante décadas.
Ozzy, pensando que el murciélago era un juguete, decidió morderlo. Este acto impulsivo no solo fue documentado como un momento escalofriante en el mundo del rock, sino que también resultó en que Osbourne tuviera que recibir tratamiento de emergencia por posibles riñas de rabia. A pesar de la controversia, el incidente se convirtió en una parte icónica de su legado y, con el tiempo, Ozzy adoptó la historia, incluso riendo al respecto y utilizando la imagen del murciélago en su merchandising.
A lo largo de los años, Osbourne ha diversificado su imagen de artista rockero, mostrando otros aspectos de su vida, como momentos más cotidianos, haciendo que su figura sea multifacética. El incidente del murciélago, aunque extremo, es un reflejo de la cultura del rock de su tiempo y de cómo la exageración puede transformar un suceso en un fenómeno perdurable en la cultura popular.
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