
Smokey Robinson, el icónico cantante de Motown, se enfrenta a serias acusaciones en una nueva demanda presentada por cuatro ex empleadas que lo acusan de agresión sexual y de crear un ambiente de trabajo hostil. Las denunciantes, identificadas como Jane Doe, alegan que las agresiones ocurrieron mientras trabajaban como sirvientes en su hogar en Chatsworth. El demandante también menciona a la esposa de Robinson, Frances, quien supuestamente contribuyó a un entorno laboral tóxico.
Las mujeres buscan al menos 50 millones de dólares en daños y afirman que Robinson abusó sexualmente de ellas en múltiples ocasiones. La demanda describe situaciones escalofriantes, incluyendo asaltos en áreas de su hogar fuera de la vista de las cámaras de seguridad. Las denunciantes también han expresado que se sintieron incapaces de reportar los incidentes por miedo a represalias laborales y problemas migratorios.
La situación es sombría, ya que las acusaciones involucran no solo actos de agresión, sino también violaciones de derechos laborales. Las demandantes afirman que Robinson y su esposa no les proporcionaron las condiciones laborales mínimas necesarias, sumando así un preocupante patrón de abuso hacia trabajadoras vulnerables. Este caso plantea serias preguntas sobre el comportamiento de las figuras públicas y su responsabilidad hacia los empleados.
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