
En una reciente entrevista, la actriz Jamie Lee Curtis recordó una experiencia que moldeó su vida y carrera en Hollywood. A los 25 años, tras un comentario despectivo de un cinematógrafo que mencionó sus ‘ojos abultados’ durante el rodaje de la película Perfect, Curtis decidió someterse a cirugía plástica. Esta decisión, que tomó impulsivamente, la llenó de remordimientos desde el principio.
Curtis compartió que inmediatamente se arrepintió de haberse sometido a la operación y este acto no solo marcó un cambio físico, sino que también la llevó a enfrentar una dependencia a los opiáceos, comenzando un ciclo de adicción que duró varios años. Aunque ha superado esta etapa de su vida y cuenta con 26 años de sobriedad, la actriz sigue reflexionando sobre el impacto que tuvo ese momento en su vida personal y profesional.
Ahora, Curtis se siente más fuerte y reconocida por su talento, más allá de su apariencia física. A pesar de los dolores del pasado, ha encontrado una manera de reírse de esos momentos, destacando con humor que, a pesar de los recuerdos, aún puede mostrar su elegancia en la pantalla. Su historia es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las figuras públicas y cómo sus decisiones pueden resonar en su vida a largo plazo.