
25 años después del estallido de la burbuja de las puntocom, la industria tecnológica enfrenta la incertidumbre sobre una posible burbuja en inteligencia artificial. A medida que el mercado de la IA crece, surgen preocupaciones sobre valoraciones sobreinfladas y expectativas de inversión desmedidas que pueden recordar a aquellos tiempos turbulentos. A pesar del avance en tecnología, las similitudes con la burbuja de las puntocom plantean cuestiones críticas sobre la viabilidad a largo plazo de muchas startups en este campo.
Los analistas una vez más destacan lo que están viendo: valoraciones extraordinarias y unos ingresos insuficientes. Mientras empresas emergentes como OpenAI alcanzan valoraciones colosales, siguen luchando con pérdidas significativas. Además, la feroz competencia en el sector y el uso indiscriminado del término ‘IA’ amenazan con diluir su verdadero valor. Los directivos están generando altas expectativas sobre la IA, aunque los resultados tangibles aún son limitados, lo que hace eco de las advertencias de la burbuja de las puntocom.
No obstante, hay diferencias fundamentales entre ambas eras. La IA se presenta como una tecnología tangible que mejora la productividad, en contraste con las promesas poco sólidas de algunas startups de internet. Aunque las grandes corporaciones están expandiendo rápidamente su dominio sobre la IA, el tiempo dirá si estas expectativas y avances tecnológicos realmente conducen a un impacto duradero o si estamos al borde de otra burbuja que podría romperse.