Un nuevo informe forense ha sacudido el mundo del espectáculo al revelar los trágicos detalles de la muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction. Los hallazgos de la Fiscalía Nacional Criminal indican que el cantante tenía una alarmante concentración de 2,7 gramos de alcohol por litro en sangre. Este nivel no solo es preocupante, sino que se asocia con desorientación y pérdida del equilibrio, lo que podría haber contribuido a su caída desde el tercer piso de un hotel en Buenos Aires.
El informe también destaca la presencia de otras sustancias en el sistema de Payne, incluyendo metabolitos de cocaína y el antidepresivo sertralina. La investigación, que sigue en curso, ha llevado al procesamiento de Braian Paiz, acusado de suministrar drogas a cambio de dinero. A pesar de que Paiz alegó que las sustancias fueron un regalo, las pruebas, incluyendo grabaciones de seguridad y mensajes de texto, han puesto en entredicho su versión de los hechos y lo han vinculado directamente con la situación de Payne.
Mientras tanto, otras tres personas han sido detenidas en relación con el caso, pero los cargos en su contra fueron retirados recientemente, dejándolos en libertad. La complejidad de la investigación se incrementa con la continua detención de Paiz y otro posible proveedor, Ezequiel Pereyra, quienes enfrentan graves acusaciones y podrían recibir penas de prisión significativas. La muerte de Liam Payne ha dejado una profunda marca en sus fans y ha evidenciado la oscura realidad detrás de su fallecimiento.
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