
En un giro inesperado, el año 2025 ha sido devastador para la tecnología climática en los Estados Unidos, con al menos 16 grandes proyectos cancelados, sumando un total de $8 mil millones. Este aumento en las cancelaciones supera con creces lo que se había observado en años anteriores, lo que plantea serias dudas sobre el futuro de las inversiones en energías limpias y sostenibles. Las empresas están enfrentando un entorno de mercado incierto, teniendo en cuenta las revisiones drásticas en las políticas federales y los nuevos aranceles impuestos a productos importados, especialmente de China.
Las cancelaciones afectan a proyectos clave en áreas como las baterías, la energía solar y eólica, y muchas empresas ahora están revaluando sus estrategias. Michael Timberlake, director de comunicaciones de una organización de seguimiento, ha comentado sobre la incertidumbre que está impactando gravemente el sector de la energía limpia. Aunque muchos proyectos están aún en marcha, la falta de claridad en las políticas ha llevado a que algunas empresas opten por cancelar o reducir sus iniciativas, evidenciando un mercado que no sabe qué esperar.
Uno de los ejemplos más destacados de estas cancelaciones involucra a una fábrica en Georgia que había recibido un compromiso de préstamo de $670 millones del Departamento de Energía de EE. UU. para fabricar materiales esenciales para baterías. Sin embargo, los ejecutivos de la compañía han optado por concentrarse en instalaciones existentes en otros países. A pesar de estas malas noticias, aún hay cientos de proyectos en construcción o en operación, lo que indica que la lucha por la tecnología climática continúa. Sin embargo, el camino hacia un futuro más limpio parece estar lleno de obstáculos.
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