Japón está tomando medidas significativas para recuperar su competitividad en la industria de los chips con la inauguración de Rapidus. Fundada en 2022 y respaldada por importantes empresas como Sony y Toyota, esta compañía se ha convertido en un símbolo de la ambición del país en el sector de semiconductores. Con un inminente plan de inversión de 5.400 millones de dólares del gobierno japonés, Rapidus está lista para comenzar las pruebas operativas de su línea piloto de chips de 2 nm en abril, una tecnología de vanguardia que promete revolucionar la producción de circuitos integrados.
La inversión de Japón en su industria de semiconductores es notable, alcanzando un 0.71% de su PIB, superando a países como Estados Unidos y Alemania. Rapidus se posiciona no solo como un competidor, sino como un innovador en el sector. Instalando su planta en Chitose, Hokkaido, la compañía tiene planes ambiciosos para comenzar la producción a gran escala en 2027. El Presidente de Rapidus, Atsuyoshi Koike, ha mencionado que la fábrica estará completamente automatizada utilizando robots y tecnologías de inteligencia artificial.
El éxito de Rapidus podría significar un punto de inflexión para Japón en el ámbito de la fabricación de semiconductores, especialmente considerando la creciente demanda de chips para aplicaciones de inteligencia artificial. Con sus estrategias bien definidas y un enfoque en la producción eficiente, Rapidus está en la mira tanto de competidores como de inversores en la industria. La expectativa de transformar el sector de los semiconductores en Japón es alta, y todos esperan ver si puede igualar a gigantes como TSMC, Intel y Samsung en un futuro cercano.
