
En Galicia, dos ayuntamientos en situación de despoblación han decidido tomar acciones concretas para mantener servicios básicos como supermercados y gasolineras. En localidades como Pol y Ribeira de Piquín, donde la reducción de habitantes es alarmante, los consistorios han optado por gestionar estos vitales establecimientos para que los vecinos no se vean obligados a desplazarse largos kilómetros para realizar compras cotidianas.
La falta de servicios comerciales en estas áreas ha creado un círculo vicioso que potencia la despoblación. Ambos ayuntamientos han aprobado iniciativas para mantener abiertos sus servicios esenciales, invirtiendo en localizaciones estratégicas. En Pol, se adquirió un supermercado previamente en riesgo de cierre y se planea revivir una marca local de embutidos. Asimismo, en Ribeira de Piquín, se busca alquilar una gasolinera cerrada para que los vecinos puedan repostar sin inconvenientes.
Estas acciones buscan no solo preservar la oferta de servicios básicos, sino también generar empleo y estabilizar la población. Con el apoyo de la Diputación de Lugo, se contemplan proyectos que van más allá del comercio, apuntando a un desarrollo integral de la comunidad. Promoviendo la reactivación económica, estos municipios podrían ser un modelo para otras localidades en riesgo de extinción.