
La eliminación del subsidio al diésel en Ecuador, efectiva desde el 13 de septiembre, ha tenido un impacto inmediato en la economía del país. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el costo de la canasta básica familiar ha aumentado en $5,89, alcanzando un total de $819,77. Este cambio también ha contribuido a una inflación de 0,08% en septiembre, marcando la presión económica que enfrentan los ciudadanos tras esta medida gubernamental.
Con el nuevo precio del galón de diésel fijado en $2,80, se espera que el impacto persista. Un informe del Observatorio Ecuatoriano de Conflictos sugiere que si el precio del diésel se alinea con el promedio internacional, la canasta básica podría alcanzar los $916,76, lo que podría requerir a las familias $103 adicionales mensuales para cubrir los costes asociados al transporte y la producción. Este aumento es especialmente significativo, ya que el diésel representa un porcentaje considerable de los costos en diversas industrias.
El gobierno ha implementado un sistema de bandas que permitirá ajustar mensualmente el precio del diésel en función del mercado internacional a partir de diciembre. Aunque hay proyectadas compensaciones para los transportistas durante ocho meses, la eliminación del subsidio responde a objetivos de ajuste fiscal del gobierno y ha generado protestas y debates sobre su impacto en el costo de vida. Con estas medidas, se busca lograr un equilibrio que permita aliviar la carga sobre los ciudadanos a largo plazo.