El gobierno de Daniel Noboa ha iniciado un proceso de fusiones ministeriales en un intento de optimizar la estructura del Estado. Este plan involucra la fusión de 15 ministerios y secretarías, lo que ha planteado serias preocupaciones acerca de despidos masivos y la efectividad de los servicios públicos. Se estima que más de 10.000 funcionarios podrían perder sus empleos en un movimiento que busca la eficiencia, pero que también pone en riesgo la estabilidad laboral de muchos.
Los recortes no solo afectarán a personal administrativo, sino que están destinados a eliminar cargos que, según el gobierno, no aportan valor. Las fusiones incluyen la integración del Ministerio de Cultura y del Deporte al Ministerio de Educación, así como la disolución del Ministerio de la Mujer, que transferirá sus funciones al Ministerio de Gobierno. Sin embargo, ante la falta de información clara y cifras oficiales, se han comenzado a levantar listas de despidos, lo que genera incertidumbre entre los trabajadores.
A pesar de las afirmaciones del gobierno de que no afectará a médicos y docentes, hay evidencia de despidos en sectores críticos, lo que agrava la preocupación entre los funcionarios. Este proceso de modernización, prometido como un cambio positivo, podría resultar en la precarización de los servicios públicos, dejando a miles en la incertidumbre laboral y con la pregunta de si el sector privado estará preparado para absorber a estos nuevos desempleados.
