
Giselle Rosales se ha convertido en el tema candente de la farándula ecuatoriana tras ser nombrada Miss Ecuador 2025. A sus 21 años, y con antecedentes destacados en certámenes de belleza, la joven oriunda de Cuba levantó controversia al recibir la nacionalidad ecuatoriana mediante un decreto presidencial justo antes de su elección. Esto ha generado un intenso debate en redes sociales sobre la validez de su título y su capacidad para representar al país en el Miss Internacional 2026 en Japón.
Aunque muchos la celebran, otros cuestionan cómo logró llegar a la cima de la competencia sin haber completado su proceso de naturalización al momento de su inscripción. María del Carmen de Aguayo, directora de Miss Ecuador, defendió su elección argumentando que Giselle ha demostrado un compromiso genuino con Ecuador desde su llegada a los siete años, y que se han seguido todos los procedimientos legales pertinentes relacionados con su nacionalidad.
El reglamento del certamen exige que las participantes sean ecuatorianas de nacimiento o naturalizadas. A pesar de que Giselle aún no había completado su trámite al inscribirse, logró regularizar su situación antes de recibir oficialmente el título. Esta controversia no solo plantea preguntas sobre los requisitos en certámenes de belleza, sino que también resalta el tema de la integración de quienes han hecho de Ecuador su hogar a pesar de su país de origen.