
La Comisión Europea ha presentado un ambicioso plan para consolidar la industria del coche eléctrico en Europa, buscando mejorar su competitividad y electrificar gran parte de la flota de vehículos. Con una inversión de 1.800 millones de euros, la propuesta tiene el objetivo de cumplir con estándares de emisión de CO2 más estrictos para 2027, lo que exigirá a los fabricantes adaptarse y controlar sus emisiones a largo plazo.
Un aspecto clave de este plan es la protección contra la competencia de China, que ha dominado el mercado de fabricación de vehículos. Europa busca incentivar las inversiones locales y asegurar que las empresas extranjeras colaboren con compañías europeas, facilitando así el desarrollo de tecnologías y la producción de baterías en la región, en lugar de depender de mercados más baratos como Marruecos.
Además, la Comisión Europea está trabajando para estandarizar las ayudas a la compra de coches eléctricos, buscando un sistema más ágil y transparente en el que los consumidores puedan beneficiarse directamente en el punto de venta. Este conjunto de medidas busca transformar el panorama del automóvil en Europa y reducir la dependencia de fabricantes externos, garantizando así un crecimiento sostenible y competitivo de la industria automotriz europea en los próximos años.