Un alto oficial del Departamento de Estado de EE. UU. ha desatado un escándalo tras buscar comunicaciones internas relacionadas con una amplia lista de críticos de Trump y figuras de la política. Esta acción ha sido calificada por algunos como una caza de brujas, poniendo en riesgo la privacidad de numerosos individuos y organizaciones que han estado en la mira del ala derecha. La orden, emitida por Darren Beattie, quien fue nombrado por Trump, busca registrar correos electrónicos y comunicaciones sobre personajes influyentes en el ámbito de la desinformación y aquellos que han criticado al expresidente.
El polémico documento, que se compartió en una reunión del Departamento de Estado, incluye nombres como el periodista Anne Applebaum, el exfuncionario de ciberseguridad Christopher Krebs y varios críticos de Trump. Beattie argumenta que su objetivo es realizar una revelación en estilo de ‘Twitter files’ para reconstruir la confianza pública. Sin embargo, los empleados del Departamento de Estado han expresado sus preocupaciones sobre la integridad y la ética de estas solicitudes, temiendo que puedan ser utilizadas para represalias y que comprometan la seguridad de varios individuos.
La búsqueda de información, que incluye palabras clave relacionadas con movimientos y conceptos políticos de tendencia derecha, ha suscitado un clima de desconfianza dentro de la institución. Expertos han advertido que esta estrategia no solo podría tener efectos escalofriantes para aquellos que investigan la desinformación, sino que también podría distorsionar la realidad al presentar los documentos obtenidos fuera de contexto. En medio de este ambiente tensado, la fecha de cierre de la oficina de R/FIMI añade una capa más a este complicado entramado político.
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