
Paul Rudd, conocido por su papel en la icónica película Clueless, podría no haber conseguido el papel de Josh si no hubiera sido por un desafortunado corte de cabello. En una reciente conversación en el pódcast de Amy Poehler, Rudd reveló que, tras una visita espontánea a la barbería, decidió raparse la cabeza justo antes de que se decidiera su casting para el filme. Este gesto impulsivo casi le cuesta la oportunidad de convertirse en una estrella.
Amy Heckerling, la directora de Clueless, se sorprendió al ver el nuevo look de Rudd, cuestionando su decisión de cortarse el cabello justo después de haber audicionado. Rudd, que fue extremadamente despreocupado al respecto, respondió de manera casi inconsciente. Las anécdotas compartidas entre Rudd y Poehler sobre ese momento reflejan tanto el humor como el caos que a menudo rodea a Hollywood, demostrando lo impredecible que puede ser el mundo del cine.
Afortunadamente para Rudd, su cabello creció lo suficiente antes de que comenzara la producción para que pudiera filmar su papel natural. Clueless se convirtió en un hito cultural y catapultó a Rudd y a otros actores jóvenes a la fama. Esta historia no solo resalta la importancia de los detalles en la actuación, sino también la suerte y las decisiones impulsivas que pueden cambiar el curso de una carrera.
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