
En un análisis reciente, un demógrafo sueco ha revelado un sorprendente cambio en la relación entre el nivel de ingresos y la tasa de natalidad. Durante décadas, se pensó que las familias más ricas tenían menos hijos, pero ahora las mujeres en Suecia muestran una tendencia opuesta. El estudio de Martin Kolk sugiere que la fertilidad entre las mujeres con mayores ingresos está en aumento, rompiendo con patrones que se habían mantenido por años.
Kolk investigó datos de fertilidad e ingresos de varias décadas y encontró que, a diferencia de lo que ocurre en otros países, en Suecia las mujeres con mayores ingresos no están postergando la maternidad. La transformación en el rol social de la mujer, junto con políticas familiares que apoyan la paternidad, han permitido que la maternidad y el desarrollo profesional se puedan conciliar, contribuyendo a esta notable tendencia.
Este cambio de base en el comportamiento reproductivo podría tener implicaciones importantes para otras naciones en Europa que buscan aumentar sus tasas de natalidad. A medida que más mujeres optan por tener hijos, incluso en situaciones de mayor estabilidad económica, se abre un debate sobre cómo las políticas sociales pueden estar influyendo en estas decisiones y el futuro demográfico de la región.
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