La famosa banda de rock Journey se enfrentó a un inesperado contratiempo durante su concierto en el NRG Stadium de Houston. Mientras interpretaban su emblemático tema Don’t Stop Believin’, una falla eléctrica causó la interrupción del audio, dejando a la banda incapaz de continuar su actuación. Los miles de fanáticos que llenaban el estadio, que sumaban entre 79,000 y 80,000, comenzaron a cantar de manera unísona la famosa letra, creando un ambiente emotivo aunque caótico.
El guitarrista de Journey, Neal Schon, expresó su gratitud hacia la audiencia por su apoyo, a pesar del malentendido. Los fanáticos disfrutaron de un gran principio del espectáculo antes de que el incidente obligara a la banda a salir del escenario. Aunque se ofrecieron disculpas y se intentó reprogramar el concierto, la situación se complicó por la naturaleza del problema eléctrico y un pequeño incendio que se suscitó bajo el escenario.
Las cuentas oficiales del evento confirmaron el incidente y se comprometieron a trabajar en la reprogramación del concierto así como en la gestión de reembolsos para quienes adquirieron boletos. A pesar de la decepción, los seguidores de Journey mostraron su pasión por la música iniciando su propia versión de Don’t Stop Believin’, lo que se convirtió en un momento memorable que quedará grabado en sus recuerdos.
