Jimmy Swaggart, un influyente televangelista de los años 80, falleció a los 90 años tras haber estado hospitalizado por un paro cardíaco. Su carrera comenzó en un auge sin precedentes en el ámbito de la televisión religiosa, donde se ganó un lugar como uno de los predicadores pentecostales más carismáticos de Estados Unidos. Su ministerio generó ingresos significativos, demostrando su impacto en la cultura de la fe en aquel entonces.
Sin embargo, su carrera se vio empañada por escándalos de prostitución que sacudieron su reputación. A finales de los 80, fue expuesto por haber estado involucrado con una trabajadora sexual, lo que llevó a su confesión pública de ‘haber pecado’ y a su posterior renuncia a la Assemblies of God. A pesar de estos tropiezos, encontró el camino de regreso al púlpito y estableció su propia red, SonLife Broadcasting.
Además de su labor como predicador, Swaggart también fue un exitoso artista de música gospel, con más de 200 álbumes y 20 millones de copias vendidas en todo el mundo. Su legado perdura, no solo por sus contribuciones a la televisión y la música religiosa, sino también como figura compleja que enfrentó retos personales y mantuvo su fe a pesar de las adversidades. Swaggart deja atrás a su esposa Frances y su hijo Donnie.
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