El ejército de Estados Unidos ha decidido iniciar la jubilación de sus caballos de guerra, un cambio significativo en su programa de trabajo equino militar. A partir de este mes, el ejército comenzará a deshacerse de casi 240 caballos, mulas y burros que han estado en servicio. Este movimiento es parte de un esfuerzo por ahorrar dos millones de dólares anuales y redirigir los recursos a áreas más prioritarias en preparación y combate. Las bases militares afectadas incluyen Fort Irwin en California, Fort Huachuca en Arizona, y Fort Riley en Kansas, entre otras.
La utilización de caballos en el ejército no es un vestigio del pasado, ya que se emplearon en conflictos recientes, como durante la invasión de Afganistán. Sin embargo, el requerimiento de mantener caballos en las instalaciones ha planteado desafíos significativos en términos de su bienestar y costos. El ejército menciona que aunque el uso de caballos puede parecer ineficiente, estos han sido, en ocasiones, herramientas valiosas en terrenos difíciles donde los vehículos no podían operar eficientemente.
A pesar de la reducción de caballos, el programa de equinos no desaparecerá por completo. Se mantendrán algunas unidades para eventos ceremoniales como desfiles militares. El ejército también ha asegurado que el proceso de reubicación de los caballos será supervisado por veterinarios, garantizando que sean adoptados por propietarios responsables. Esto marca una era de cambio en el enfoque militar hacia la modernización y la eficiencia, dejando atrás métodos tradicionales en favor de nuevas tecnologías y enfoques más eficientes.
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