Tuvalu, una nación insular de Polinesia, enfrenta un destino alarmante: se está hundiendo. Con proyecciones que indican que gran parte de su territorio estará por debajo del nivel del mar para 2100, la situación es crítica. Como resultado, un sorprendente tercio de su población ha decidido participar en un sorteo para obtener visados que les permitan mudarse a Australia, donde esperan encontrar un nuevo hogar y oportunidades.
El sorteo, que abre la posibilidad de conseguir 280 visados anuales, ha atraído a más de 4.000 tuvaluanos, lo que refleja la desesperación ante la inminente amenaza del cambio climático. Este acuerdo entre Tuvalu y Australia busca ofrecer una solución digna ante la crisis climática que enfrentan. Los beneficiarios no solo tendrían la oportunidad de establecerse en un nuevo país, sino acceder a educación, salud y asistencia social.
Sin embargo, la migración puede tener consecuencias complicadas para la economía de Tuvalu. La pérdida de mano de obra local podría afectar negativamente al país, mientras que las remesas enviadas por los emigrantes también juegan un papel fundamental en la economía de otros países del Pacífico. Mientras tanto, el futuro de Tuvalu sigue siendo incierto, marcado por la lucha contra el cambio climático y su impacto devastador.
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