
Julio Rangel, un destacado maquillador de Guayaquil, falleció a los 38 años, dejando una huella imborrable en la industria de la belleza. Con más de 15 años de experiencia, fue conocido por su creatividad y su enfoque innovador que transformó la experiencia de maquillaje para modelos, artistas y reinas de belleza en la ciudad. Su pasión por el arte lo llevó a viajar a Brasil con frecuencia, donde se mantenía al tanto de las últimas tendencias del mundo del maquillaje.
Fundó su propia escuela de maquillaje hace una década, donde formó a numerosas emprendedoras, avalando su trabajo con certificados respaldados por el Ministerio de Trabajo y la Senescyt. Su estilo único y su dedicación lo convirtieron en un referente en el gremio, y su enfoque en la educación permitió que su legado continúe a través de sus estudiantes. Durante la pandemia, mostró su versatilidad al vender ceviches y caldo de bolas, demostrando que siempre encontró formas de innovar en tiempos difíciles.
La inesperada partida de Julio Rangel ha dejado un profundo vacío en la comunidad de maquilladores en Guayaquil. Sus colegas y amigos lamentan su deceso y celebran su vida y contribuciones al mundo del maquillaje. El impacto de su trabajo y su espíritu emprendedor seguirán vivos en aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él.
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