Ecuador se encuentra en una situación crítica en su sistema energético tras la salida de la barcaza turca Murat Bey, operada por Karpowership. Este hecho acentúa la vulnerabilidad del país ante la inminente época de estiaje, que comenzará en agosto. La barcaza, que tenía una capacidad de 100 megavatios, dejó de operar luego de que su contrato con la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) llegara a su fin el 28 de julio. Su salida implica que el país solo cuenta ahora con dos barcazas flotantes para abastecer su demanda eléctrica en un momento tan crítico como es la temporada de sequías.
Las barcazas que aún permanecen activas, Emre Bey y Erin Sultan, también operan con una capacidad de 100 megavatios cada una, pero la incertidumbre persiste sobre la capacidad total de generación ante la reducción significativa de recursos hídricos. Además, el gobierno ha comenzado un nuevo concurso para arrendar barcazas que generen 230 megavatios adicionales, sin embargo, se han citado esfuerzos fallidos anteriores para contratar energía a través de turbinas terrestres.
A pesar de la crítica situación y la dependencia de soluciones temporales como las barcazas, las autoridades han insistido en que no habrán cortes de luz durante la temporada seca. Sin embargo, la creciente incertidumbre sobre la estabilidad del suministro eléctrico y la falta de lluvias resaltan la necesidad urgente de revisar y establecer soluciones más sostenibles en el sector energético ecuatoriano.
