
Raymond Boodarian, el principal sospechoso del asesinato de Robin Kaye y Thomas DeLuca, fue presentado en la corte el 20 de agosto, donde su caso fue transferido a un tribunal de salud mental. Kaye, una reconocida supervisora musical de 70 años que trabajó en American Idol, y su esposo DeLuca fueron encontrados muertos en su casa de Encino, California, tras ser víctimas de un presunto intento de robo que llevó a un enfrentamiento fatal.
Boodarian, de solo 22 años, enfrenta múltiples cargos, incluyendo homicidio y robo residencial. Durante su aparición ante el tribunal, el sospechoso se mostró desorientado y confuso, siendo descrito por su abogada pública como alguien con serios problemas de salud mental. Él permanece en custodia sin derecho a fianza y podría enfrentar una condena de cadena perpetua si es declarado culpable.
Los detalles del caso son desgarradores. La pareja fue encontrada muerta días después del incidente, lo que llevó a la policía a investigar el caso en profundidad. La situación de Boodarian, que incluso apareció en una ‘garnísima de suicidio’, ha provocado un debate sobre la conexión entre la salud mental y los actos violentos, sumando más tensión a un caso ya muy mediático.