
En un esfuerzo por combatir la crisis de natalidad, las autoridades de Corea del Sur han implementado programas que ofrecen incentivos económicos a los jóvenes para que se casen. Un distrito de Busan, Saha-gu, se ha destacado por ofrecer hasta 14,000 euros a las parejas que logren formalizar sus relaciones. Sin embargo, a pesar de este atractivo económico, la efectividad de estos programas ha sido muy limitada, con pocos casos de matrimonio resultantes.
La realidad en Corea del Sur es compleja, ya que menos del 5% de los nacimientos son fuera del matrimonio y la sociedad enfrenta cambios culturales y sociales que impactan la estabilidad y el deseo de formar familias. Muchos jóvenes no ven la necesidad de casarse, y los altos costos de vida y la presión laboral también juegan un papel significativo en sus decisiones. Por ende, las medidas del gobierno, aunque generosas, no han provocado el efecto deseado para incrementar la natalidad.
En conclusión, a pesar de las grandes inversiones realizadas por diferentes distritos en Corea del Sur para impulsar el matrimonio y la natalidad, los resultados han sido insatisfactorios. Las estadísticas muestran que, a pesar de que el número de nacimientos ha tenido ligeros incrementos, las políticas de emparejamiento necesitan una revisión profunda. La percepción de los jóvenes sobre el matrimonio y la familia está cambiando, y estos incentivos monetarios podrían no ser suficientes si no se abordan otros factores socioeconómicos.