
En un giro inesperado de los eventos, Lorne Michaels, el co-creador de ‘Saturday Night Live’, tuvo un papel crucial para ayudar a Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, a evitar una posible cadena perpetua tras ser arrestado por posesión de drogas en Toronto en 1978. A petición de Mick Jagger, Michaels se presentó como testigo a favor de Richards durante su juicio, revelando una conexión más profunda entre el icónico programa y la legendaria banda de rock.
Michaels enfrentó un dilema moral al testificar, preocupado por la posibilidad de tener que mentir bajo juramento. Sin embargo, se mantuvo fiel a su ética, describiendo a Richards como ‘el catalizador de la banda’, lo que resultó en un veredicto inesperado: una sentencia suspendida. El juicio no sólo configuró el futuro de Richards, sino que también mostró cómo la percepción de la justicia puede ser influenciada por la fama y la creatividad de un artista.
Este episodio reveló las complejidades detrás de las decisiones en el mundo del entretenimiento y cómo, a menudo, lo que se presenta en la superficie no es la historia completa. La experiencia de Michaels reflejó la importancia de tener una visión más amplia sobre situaciones complicadas, destacando la naturaleza caótica y a menudo contradictoria del rock and roll.
Leave a Reply