En 2019, la periodista Karen Hao realizó una profunda investigación sobre OpenAI, una compañía que, hasta entonces, era poco conocida. Su reportaje reveló cambios significativos en la dirección de la empresa, que comenzaron a ser evidentes justo antes de su visita a las oficinas. Desde la decisión de no publicar el modelo GPT-2 hasta un sorprendente acuerdo con Microsoft, OpenAI se encontraba en medio de una transformación radical que llamó la atención del mundo tecnológico.
Entrevistando a los líderes de OpenAI, Hao descubrió la ambición de la compañía de desarrollar inteligencia artificial general (AGI) cuya finalidad era resolver problemas complejos como el cambio climático y mejorar el acceso a la atención médica. Sin embargo, a medida que se desplegaban estos cambios, también surgían preguntas sobre la dirección y los verdaderos objetivos de OpenAI, lo que generó un motivo de discordia y preocupación dentro del ecosistema de IA.
El reportaje de Hao mostró una discrepancia entre la misión pública de OpenAI y sus prácticas internas, subrayando una creciente competitividad y presión por la financiación que erosionaba sus ideales de transparencia y colaboración. El artículo provocó reacciones fuertes, incluso de Elon Musk, y llevó a OpenAI a repensar su enfoque de comunicación. Esto no solo destacó la complejidad de la carrera hacia AGI, sino también las implicaciones éticas de su desarrollo en un mundo ya saturado de tecnología.
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