Hace 80 años, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Peugeot presentó el VLV, su primer coche eléctrico. Esta creación fue una respuesta a la escasez de combustibles y una solución de emergencia para el transporte médico y de correo. Con un diseño innovador y una motorización que alcanzaba 36 km/h, el Peugeot VLV se destacaba por su liviana carrocería de aluminio, marcando un hito en la historia automovilística.
Con solo 365 kg de peso y una autonomía de 80 kilómetros, el Peugeot VLV simbolizaba una transición hacia una movilidad más sostenible en un contexto marcado por la austeridad y la necesidad de nuevas soluciones de transporte. Sin embargo, su producción fue breve, con solo 377 unidades fabricadas antes de que las autoridades de Vichy interrumpieran su fabricación en 1943, pues consideraban que no era apropiado invertir en vehículos no esenciales durante la guerra.
Hoy, el Peugeot VLV es recordado como un pionero en la historia de los vehículos eléctricos y un símbolo de innovación en tiempos difíciles. A pesar de las limitaciones, su legado vive, y se puede encontrar un modelo restaurado en el museo La Aventura de Peugeot en Sochaux, Francia, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, la creatividad y la visión del futuro pueden brillar.
