
Ecuador se enfrenta a una grave crisis en su sistema de salud pública, con un déficit de aproximadamente 6 mil médicos y una escasez crítica de insumos médicos. La Federación Médica Ecuatoriana (FME) ha alertado sobre la situación preocupante que compromete la atención a los pacientes en todo el país. Especialidades críticas como cuidados intensivos y neonatología son las más afectadas por esta carencia, que limita gravemente la capacidad de atención de los hospitales públicos.
Según Santiago Carrasco, presidente de la FME, uno de los principales factores detrás de esta situación es la escasa oferta académica en las universidades públicas, que obliga a muchos médicos a autofinanciar sus posgrados, costando entre 40 y 50 mil dólares. Esto lleva a muchos a optar por formarse en el extranjero, y pocos regresan a ejercer en Ecuador. Además, el déficit de médicos es aún más pronunciado en el sistema del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), donde se reportan cerca de 4,800 médicos menos.
La falta de insumos y la infraestructura limitante también agravan esta crisis, con pacientes enfrentando tiempos de espera de hasta 70 días para ser atendidos en especialidades críticas. La FME ha instado al Gobierno a invertir en la formación médica y en recursos para las universidades públicas, mientras que el IESS trabaja en mejorar la eficiencia operativa. A pesar de la grave situación, aún no hay un plan integral anunciado para abordar la crisis, generando creciente presión de la ciudadanía y profesionales de la salud.