
Los tres conciertos de Shakira, celebrados los días 7, 9 y 10 de noviembre, superaron todos los pronósticos económicos inicialmente estipulados. La administración municipal había proyectado un impacto de entre 40 y 50 millones de dólares, pero el evento resultó en una inyección de 55,5 millones de dólares a la economía de Quito. Esto fue destacado por el alcalde Pabel Muñoz, quien afirmó que el evento fue un movimiento económico positivo para la ciudad y el país.
La afluencia masiva de asistentes y el fuerte movimiento turístico resultaron en un incremento significativo en el consumo de servicios como transporte, gastronomía y alojamiento. La ocupación hotelera se elevó del 53% habitual a cerca del 90%, generando aproximadamente 4,2 millones de dólares en ingresos por alojamiento. Además, se estima que los restaurantes y bares tuvieron un impacto directo de 7,8 millones de dólares durante los días del evento.
El efecto económico se extendió más allá del evento principal, contribuyendo indirectamente con 39,7 millones de dólares en gastos en comercios locales y servicios en los barrios. La exposición mediática fue notable, alcanzando a 15,7 millones de personas en medios internacionales. Este éxito ha posicionado a Quito como un destino atractivo para futuros eventos masivos y espectáculos internacionales, abriendo nuevas oportunidades de desarrollo cultural y económico.