La Pradera ha experimentado una notable transformación con la finalización del soterramiento de cables, un proyecto que forma parte de las 3001 obras para Quito. Este trabajo ha permitido eliminar los ‘tallarines’ que antes colgaban de los postes, devolviendo un aspecto más limpio y seguro a las calles y fachadas de la zona. La iniciativa es el resultado de una colaboración entre diferentes instituciones y operadoras que llevaron a cabo el proceso de forma planificada para minimizar las interrupciones del servicio.
El proyecto fue gestado a través de mesas técnicas organizadas por la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Territorial (SHOT), que coordinó con la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) y diversas operadoras eléctricas y de telecomunicaciones. La ejecución de los trabajos comenzó con la obtención de las licencias necesarias y siguió con la construcción de canalizaciones subterráneas, asegurando una migración escalonada de las redes para una transición eficiente.
Los beneficios de este soterramiento ya son visibles para comerciantes y residentes, quienes ahora disfrutan de un espacio público más despejado y seguro. Además, se ha revitalizado la posibilidad de realizar actividades culturales y comerciales, contribuyendo a la vida del barrio. Este proyecto es parte de un plan más amplio que abarca otras áreas de Quito y continuará con el retiro de cables en otras avenidas, como la 6 de Diciembre, en las próximas semanas.
