La erosión en el río Coca se intensifica y se aproxima peligrosamente a la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, una de las principales fuentes de energía del Ecuador. Actualmente, el frente erosivo se encuentra a solo 3,6 kilómetros de la toma de agua de la central. Con lluvias intensas registradas en julio, el caudal del río alcanzó un nivel histórico, lo que generó una erosión lateral considerable, especialmente en la margen izquierda del río, donde el terreno ha cedido hasta cuatro metros en altura. A pesar de estos peligros, la central continuó operando con una generación de hasta 1.100 megavatios.
El Ministerio de Energía ha implementado diversas obras de protección con el apoyo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. Se está construyendo una barrera subterránea de 279 pilotes a 1,2 kilómetros de la toma de agua, cuya finalización está programada para el año 2023. Además, se está desarrollando un dique permeable en el kilómetro 7,8 para ampliar el cauce del río y reducir la fuerza del agua. A pesar de estos esfuerzos, la urgencia de acelerar las obras y cumplir con los plazos es crítica para prevenir un desastre mayor.
La central Coca Codo Sinclair, que representa una inversión significativa en infraestructura energética, sigue bajo amenaza mientras el río Coca continúa agravando su erosión. Con la reciente paralización del transporte de crudo debido a deslizamientos provocados por la erosión, se genera una incertidumbre económica significativa y una demanda urgente de soluciones efectivas. Las medidas temporales, aunque están en funcionamiento, plantean desafíos a largo plazo y no abordan la causa raíz del problema. La situación requiere atención inmediata y decisiones robustas para asegurar la estabilidad energética del país.
