La Agencia Metropolitana de Control (AMC), en conjunto con la Policía Nacional y el Cuerpo de Agentes de Control, llevó a cabo la clausura de una licorería clandestina que operaba como una vivienda debajo de un puente en el Centro Histórico de Quito. Esta operación fue parte de una estrategia municipal para mantener el control y la seguridad en la ciudad, tras labores de inteligencia coordinadas.
El establecimiento ofrecía pequeños envases de licor popularmente conocidos como ‘guanchaca’, sin registro sanitario, a un precio accesible de USD 0,50, dirigido a la población en situación de calle. En el operativo, se encontraron alrededor de 232 litros de alcohol, desde botellas pequeñas hasta galones, los cuales fueron retirados por la Policía Nacional para su destrucción.
Además, se identificaron artículos presuntamente robados, como partes de teléfonos celulares y documentos personales no reclamados. El responsable de la licorería se expone a una multa de hasta USD 1,880 por operar sin los permisos necesarios, mientras que esta acción contribuye a disminuir el consumo problemático de alcohol en espacios públicos y protege la salud de personas vulnerables.
