La Agencia Metropolitana de Control (AMC) ha clausurado un camal clandestino que operaba en una vivienda adaptada en la parroquia rural de Yaruquí, al nororiente de Quito. En este lugar se realizaba el faenamiento de reses y cerdos sin los permisos correspondientes y en condiciones sanitarias alarmantes. Durante la inspección, se encontraron restos de animales, como cabezas y vísceras, esparcidos sobre el piso, lo que representa un grave riesgo para la salud pública.
Además de los restos de carne, los inspectores hallaron baldes llenos de sangre y desechos, lo que generó un foco de moscas y otros tipos de plagas. También se identificaron animales vivos que eran mantenidos en espacios reducidos, lo que vulnera tanto la salud pública como el bienestar animal.
Gustavo Chiriboga, supervisor metropolitano de control, indicó que el responsable de este camal clandestino podría enfrentar una multa que varía entre USD 4.230 y 7.050 por operar sin las licencias necesarias. En 2024, la AMC clausuró nueve camales clandestinos por problemas de salubridad, y en lo que va de 2025, ya se han cerrado diez establecimientos, subrayando la importancia de mantener operativos continuos para el control de estas prácticas ilegales.
