Ecuador enfrenta su día 22 de paro nacional, convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), en rechazo a la eliminación del subsidio del diésel impuesta por el gobierno del presidente Daniel Noboa. Las manifestaciones han llevado a cierres viales en al menos dos provincias, particularmente en Imbabura y Pichincha. A medida que avanza la cuarta semana de protestas, las relaciones entre los manifestantes y el gobierno parecen seguir deteriorándose, sin indicios de un posible acuerdo que pueda poner fin a la crisis.
Durante la jornada de protestas, se reportaron marchas en varias ciudades, con la Conaie liderando la oposición al subsidio. Los manifestantes exigieron atención a sus demandas sociales, mientras que la Policía Nacional, acompañada de personal militar, implementó controles estratégicos en las vías principales para regular la circulación y evitar que las marchas llegaran al centro de Quito. Se registró la presencia de las fuerzas de seguridad en varios puntos, y la Conaie denunció al menos un intento de incursión militar en la Casa de la Cultura, que fue declarada como zona de paz.
El ministro del Interior, John Reimberg, indicó que Quito mantuvo la calma tras las acciones del Bloque de Seguridad y el trabajo conjunto entre la Policía y las Fuerzas Armadas. Reimberg aseguró que Quito estaba en paz y que el gobierno sigue coordinando esfuerzos para mantener la estabilidad en el país, extendiendo sus operativos a diversas provincias que han visto movilizaciones sociales. A pesar de los esfuerzos por mantener el orden, el descontento popular continúan, lo que sugiere que las tensiones podrían persistir.
