
Desde 2024, en las Unidades Educativas Municipales de Quito, el uso de falda para niñas y jóvenes, así como el cabello corto para niños, ya no será una obligación. Esta decisión busca promover un ambiente escolar donde todos los estudiantes se sientan seguros, cómodos y valorados, eliminando normas que han fomentado estereotipos y restringido la libertad de expresión por muchos años.
La medida aborda la problemática de cómo el uso de faldas y tacos puede limitar la actividad física y la participación de las niñas en juegos y actividades cotidianas. Se reconoce que todos los estudiantes tienen el derecho a una experiencia escolar que no condicione su movilidad o sus interacciones.
Este cambio se enmarca dentro de la campaña institucional #MiEstiloMiDerecho, que busca fomentar prácticas inclusivas y prevenir la violencia estética en las escuelas. La iniciativa fue respaldada por leyes que abogan por un trato equitativo y el respeto hacia la diversidad, enfatizando la importancia de permitir que cada estudiante exprese su identidad de manera libre y digna.
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