
Bélgica se ha convertido en un referente en el mercado de coches eléctricos en Europa, logrando cifras sorprendentes de ventas. Durante 2024, el país vendió 127.703 coches eléctricos, lo que representa un aumento del 36.9% en comparación con el año anterior. Este notable crecimiento ha llevado su cuota de mercado a un impresionante 28.5%, superando incluso a Alemania, un gigante automotriz continental. La clave del éxito belga radica en su enfoque innovador hacia las ventas de vehículos eléctricos, donde las empresas pueden beneficiarse de deducciones fiscales significativas.
Mientras otros países europeos enfrentan caídas en las ventas de coches eléctricos, Bélgica ha encontrado la fórmula para incentivar la compra de estos vehículos. En lugar de depender únicamente de subvenciones para la compra de coches eléctricos, el enfoque belga se ha centrado en permitir a las empresas deducirse hasta un 100% de la compra de estos coches, lo cual ha razonablemente motivado a las flotas de empresas a adoptar vehículos eléctricos. Este cambio de paradigma ha llevado a que el 80% de los coches eléctricos vendidos en Bélgica sean adquiridos por empresas, convirtiendo cada compra en un atractivo beneficio fiscal.
A medida que el panorama de la movilidad eléctrica cambia, Bélgica se enfrenta también a desafíos, como la responsabilidad financiera del Estado frente a estas deducciones fiscales. Sin embargo, la ventaja económica de usar coches eléctricos en lugar de los de combustión ha sido suficiente para generar un gran interés entre los empleadores. Los coches eléctricos no solo son más beneficiosos desde el punto de vista fiscal, sino que también ofrecen un ahorro considerable en costos de combustible, lo que los hace aún más atractivos en un contexto de precios de gasolina elevados.