Bad Bunny se enfrenta a una demanda de USD 6 millones por el uso de La Casita, una estructura emblemática ubicada en Puerto Rico. El propietario original, Román Carrasco Delgado, de 84 años, alega que el artista y su equipo replicaron la casa para fines comerciales sin su consentimiento. Carrieco describe que solo había autorizado la filmación de un cortometraje, recibiendo un pago de USD 5,200, que considera insuficiente ante la popularidad actual de la propiedad.
La demanda argumenta que La Casita ha sido objeto de numerosas publicaciones en redes sociales y la venta de productos, todos generando ingresos que no benefician al propietario original. Carrasco afirma que la creciente atención hacia la casa ha alterado su tranquilidad, convirtiéndose en un punto turístico donde los fans de Bad Bunny visitan constantemente, afectando su calidad de vida.
La controversia surge en un contexto donde Bad Bunny recientemente concluyó una exitosa residencia de conciertos en el Coliseo de Puerto Rico. El cantante y su equipo no han hecho comentarios públicos sobre la situación. Carrasco también alega haber sido engañado para firmar contratos que no entendía, enfatizando su incapacidad para leer y la falta de claridad en la comunicación de los términos.
